miércoles

Temas


Creo que es primera vez que me decido a escribir en primera persona explícita y reflexiva en este bloguito. Y la verdad es que quería escribir acerca de los libros que he perdido en mis relaciones, o al finalizarlas, más bien.

Había pensado que la memoria me ayudaría a hacer una lista de los libros que extraño y no volví a ver; tal vez ponerle algo de humor elucubrando las razones por las que me han privado de mis libritos, imaginando situaciones alocadas como una componenda de guapas mujeres que un día decidieron la misión de vaciar mi biblioteca y se están turnando para enamorarme y embaucarme y así desarmar mi pequeño tesoro. Imagino que tienen una cofradía de libroajenarias y se reúnen a leer las anotaciones marginales; olerlos; burlarse de mis variopintos marcalibros: tickets de metro, tinoquitos de 2 bolívares, recibos de cajeros; o a hacer cualquier cosa que se haga con libros que no son de uno.

Pensé que podía contar de primera mano y en omnisciente de aquella vez que, jurungando los libros de mi no arquitecta pareja de entonces me encontré con el "Manual del arquitecto malsano" (o algo así), firmado en la esquina superior derecha de la primera página en blanco con un nombre distinto al de la portadora, quien además ostentaba títulos como "Calculus", "Histología profunda" o "Pesticidas suprasistemáticos" y no, no era matemática, médica ni agrónoma, era una vulgar robalibros caraqueña que ahora también es dueña de unos 20 de los míos.

Pero no, ya no tengo ganas de hablar del tema. Tal vez todo sea parte de un normal intercambio de pasos a lo largo de la vida romántica de cualquier ser humano, tal vez es el costo de tenerle cariño a la gente inteligente, quizás no deba escribir más por el día de hoy, estoy francamente molesta, ¡quiero mis libros!

viernes

Ipanema




Sólo me alienta el deseo divino de hacerte mía

¿Has visto? Buika te canta

Barbie Secretaria



Quién te tuviera, nena, en el regazo:
Lee mi carta, toma mi dictado,
Estar absorta y dueña de tu abrazo,
Pero tú ahora diseñas pal Estado.

Tener de ti siquiera un buen pedazo
Ya parece, más bien, un atentado;
Te rodea el Che, Lenín, cualquier payaso;
¡Pa' quererte hay que ser un potentado!

Barbie linda, regálame un tiempito
Que me tienes aquí, escribiendo versos
Y yo callada me veo más bonita

Bríndame un café, tal vez un cigarrito,
Pero más no me apartes de tus huesos
¡Que extraño las arepas de Rosita!

martes

"Por como te reconozco, por como te determino. por como creo saberte, por como respiras, por lo que te desconozco, por lo que te sé, por lo que te quiero es porque me atrevo a compartir esta sencilla historia, que es la historia de un atormentado pero sosegado amor narrado desde las entrañas del más desconcertante, paralizante humor. Me ilusiona en que al leer esta novela nos evoques. Tal vez sea esta la manera más espléndida de amarte. Porque en el fondo y hasta en la superficie nos parecemos, porque ambos somos furtivos cazadores de sus propios fantasmas: invictos y atrapados (··)".

miércoles

30 hábitos de la gente altamente tierrúa

Sí, como aquel libro del tipo autoayuda escrito por un Stephen Covey que intentaba estimular a la gente a la productividad, pero esta lista no busca estimular, es nada más que una queja. Y no es que queramos erigirnos en autoridad para las buenas costumbres ni revivir a Carreño y su desactualizado manual, pero es que uno se esfuerza por hacer la vida con un nivel de decencia y lo mínimo que esperamos de los congéneres es que no nos dejen solos en el intento de evitar la extinción de la especie, que no nos cubran de basura, que nos permitan mantener la esperanza de ver a nuestros nietos criarse en una sociedad con valores. Está incompleta, pero aquí la lista de lo que no queremos ver hacer a nuestra gente:


-Sacarle las espinillas al novio o novia en lugares públicos: ¿Qué culpa tienen los bancos de las plazas de la falta de higiene y de vergüenza de los adolescentes?
-Mostrar la ropa interior (sostén, pantaletas, boxers, etc): No sé en qué momento estar mal vestido se convirtió en moda.
-No ceder el asiento en el transporte público: Es una cuestión de sentido común: esa señora lleva 60 años cargando su peso con esas mismas piernas, es obvio que está más cansada que tú.
-Alardear de las pertenencias: Toda fanfarria es prueba de inseguridad.
-Llenarse de hijos que no se pueden mantener ni atender: Es decir, criar malandros, mendigos de autobús y demás vainas.
-Botar basura en cualquier lugar no previsto para ello: No sigo porque es tema susceptible y puedo molestarme demasiado.
-Emborracharse hasta perder la conciencia.
-Llevarse los insumos de los hoteles y oficina (papel sanitario, toallas, tintas, resmas de hojas)
-Hablar públicamente de las necesidades del cuerpo y referirse a ellas con palabras como cagar, mear y hasta "miar".
-Usar el ticket del metro como herramienta de higiene.
-Tatuarse las tetas: Y en general todos estos tatuajes "ingenuos" que se tornan verde-azulados. Si alguien ha visto algo peor que esto intentando ser un ornamento, que lo diga.
-Usar el trapo que está de moda y que toooodo el mundo usa: La moda es lo que te queda lindo, niña, no lo que está en la tele.
-Decir palabras como bluma, carriel, chancleta, escaparate, pintalabio, brasiel, colorete...
-Hablar con un alto volumen de voz irrespetando a los congéneres: Sobre todo si es por celular y en el transporte público.
-Aplaudir en el cine y en los vuelos.
-Chuparse los dientes: Ya vengo, voy a vomitar.
-Montar el pie en la pared cuando se está recostado de ella.
-Chancletear: Es que a cada paso se van hundiendo en su propia tierra.
-Toser, estornudar y bostezar sin taparse la boca.
-Llevarse de las fiestas los ceniceros, botellas de whisky, pasapalos (enrollados en servilletas) y centros de mesa (con su respectiva pelea previa).
-Correr en el metro: ¡Uff! Es que no hay que llamarse Manuel Antonio para tener un mínimo de decencia.
-Montar en el Facebook, Hi5 o cualquier perfil público fotos de desnudos y semidesnudos autotomadas.
-Escupir: (espacio abierto para sus comentarios; yo no puedo)
-Fumar en una cola de personas: La gente no hace colas por gusto, entonces por qué amargarles y contaminarles el rato de espera. (Soy fumadora).
-Besarse en público: ¡Y no vengan a decirme que es envidia! Perdonen que no argumente, pero ¡qué de mal gusto!
-Guardarse entre las tetas objetos tan insólitos como bolígrafos y hasta el celular: Ni aunque me rueguen voy a justificar esta falta de amor por el pecho femenino convertido en bolsillo.
-No mantener las sandalias en los pies mientras se está sentado: Sentada, más bien. Nadie les enseñó a estas señoritas un mínimo de decencia pública.
-Ser tuki: Lo que equivale a decolorarse todos los pelos del cuerpo (hasta los tres pelos de barba) sin importar que no hagan juego con la piel morena, vestir pantalones que parecen cosidos encima desde el tobillo hasta casi el pecho, peinarse en forma de casco y atreverse a ponerse mechitas sobre ese insulto a los estilistas, y calzar zapatos insólitos, preferiblemente blancos.
-No usar audífonos para escuchar en público la música del celular: Es que hay mil maneras de ser un malviviente, pero esta es la peor ¿Se acuerdan del anacrónico Casanova 90? pues estos también han perdido la cuenta, el respeto por el otro y hasta la conciencia de que no están solos en el mundo. Este es tema para un post aparte, pero no sé si soporte escribirlo sin convertirme en asesina serial.

lunes

Rómpeme, mátame


Maldita sea
Apenas me asomo a lo que eres

y ya no me contienes

G a s e o s a

Evaporada

I m p a l p a b l e

Un día me fuiste y nimenteraste

Es la última lágrima que va tras de ti
Atesórala; sé que te gustan

Las venas abiertas del coño de tu madre

miércoles

Presente*

No desayuno porque pienso en ti
no almuerzo porque pienso en ti
no ceno porque pienso en ti

no duermo porque tengo hambre


*manuscrito hallado en un libro verde de Serafín Mazparrote

jueves

Mami, dime mami

-¡Ave María Purísima! –dije indignada-. No puede ser que la tengan a una condenada a interpretar lo bonito, Absalón, a escudriñar infamias para entresacar un mensaje amable, a saltar sobre lodo indecible para rescatar palabritas y, en cambio, para recordarte lo pésima persona que una vez fuiste, tu interlocutor se vuelve tan denotativo, tan elocuente que marea, tan diáfano y seguro que hasta tú te convences de que fuiste una mierda y mereces la hoguera.

Freudiano, el treintañero sicoanalista acarició su barba con las yemas (reales a lochas que no tenía puta idea de qué decir), bailó el bolígrafo en la otra mano, empaquetó esos ojos con su pedantería habitual y tras la pausa teatral, antes de oírle regurgitar teorías: "Vete a la mierda, Absalón"... diáfana, elocuente, cogí mi mochila de vainas mías y por aquí ando.

lunes

Cirrostrato



Morena belleza
Subliminal adeca
Flacura inasible
Melena insondable
Minimano abrazada a un wisky




Mar y lembrança
Espuma frágil
Inquieta angustia

viernes

En la torre

Indócil, desgreñada, rebelde
Ella al teléfono permanentemente y yo ausente

Resbaladiza, guabinosa, incogible
Ella siempre en mi puerta y yo caleta

Insurrecta, sublevada, insolente
Ella con sonrisa y flores y yo indócil

Desdeñosa, díscola, fea

Pero mía, mía, mía

martes

Brindo

Vino, vino!
I está aquí!
Salud
Ahhh!