miércoles

Temas


Creo que es primera vez que me decido a escribir en primera persona explícita y reflexiva en este bloguito. Y la verdad es que quería escribir acerca de los libros que he perdido en mis relaciones, o al finalizarlas, más bien.

Había pensado que la memoria me ayudaría a hacer una lista de los libros que extraño y no volví a ver; tal vez ponerle algo de humor elucubrando las razones por las que me han privado de mis libritos, imaginando situaciones alocadas como una componenda de guapas mujeres que un día decidieron la misión de vaciar mi biblioteca y se están turnando para enamorarme y embaucarme y así desarmar mi pequeño tesoro. Imagino que tienen una cofradía de libroajenarias y se reúnen a leer las anotaciones marginales; olerlos; burlarse de mis variopintos marcalibros: tickets de metro, tinoquitos de 2 bolívares, recibos de cajeros; o a hacer cualquier cosa que se haga con libros que no son de uno.

Pensé que podía contar de primera mano y en omnisciente de aquella vez que, jurungando los libros de mi no arquitecta pareja de entonces me encontré con el "Manual del arquitecto malsano" (o algo así), firmado en la esquina superior derecha de la primera página en blanco con un nombre distinto al de la portadora, quien además ostentaba títulos como "Calculus", "Histología profunda" o "Pesticidas suprasistemáticos" y no, no era matemática, médica ni agrónoma, era una vulgar robalibros caraqueña que ahora también es dueña de unos 20 de los míos.

Pero no, ya no tengo ganas de hablar del tema. Tal vez todo sea parte de un normal intercambio de pasos a lo largo de la vida romántica de cualquier ser humano, tal vez es el costo de tenerle cariño a la gente inteligente, quizás no deba escribir más por el día de hoy, estoy francamente molesta, ¡quiero mis libros!

viernes

Ipanema




Sólo me alienta el deseo divino de hacerte mía

¿Has visto? Buika te canta