miércoles

Ángeles urbanos

Viven en las pompas de jabón, en los chocolates con avellanas, en los nudillos frágiles-
Duermen en las nervaduras de las hojas de shiflera o sobre astromelias blancas-
Se alimentan de amaneceres imaginarios y de atardeceres púrpura robados-
Saltan en teclas de caramelo en las tardes grises; en las verdes corretean mariposas-
Le ponen nombre a cada día de sus vidas y recuerdan cada uno-
Se enamoran a medianoche en la autopista, a la altura de Chacaíto-
Construyen en colores sus alfabetos personales que trocan en música a su antojo-
No bailan bajo la lluvia cuando no llueve-
Sólo se les puede ver a través de las pestañas, entornando los ojos y con la cabeza de lado, fíjate bien, seguro hay uno para ti en una cola y tal vez esté saltando entre parachoques.
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martes

Es de verdad

Ni grave ni aguda ni esdrújula; su voz es suave. Si en algún sueño de esos de media tarde hubiese decidido imaginar su voz, estoy segura de que la habría decidido suave... suave y tibia... suave y dulce... suave y bienarticulada... y no habría errado.

Con ese nombre de relato de Pocaterra (que sólo el nombre) la verdad es que se descubre más bien como venida de otro tiempo, compleja y sencilla, intensa y delicada, dulce y tajante... como una muchacha de Bécquer.

Con la piel recién pulida, con la mirada al frente, con la boca limpia de sal, con las ganas nuevas y las manos llenas, con la imagen despejada y el cielo claro, así regreso. Con los ojos más abiertos que al partir y la palabra a flor de labios; vuelvo con la vida nueva a defenderla a dentelladas, decidida a no callar. Te espero en los mismos espacios con las mismas y nuevas ideas, con los mismos y nuevos planes, te espero, siempre te espero, I, casi siempre de verde, te espero en sepia o como vengas, siempre que quieras venir.