lunes
Lo dice Buda
"Todo fluye, todo cambia, todo nace y muere, nada permanece, todo se diluye; lo que tiene principio tiene fin, lo nacido muere y lo compuesto se descompone. Todo es transitorio, insustancial y, por tanto, insatisfactorio. No hay nada fijo a qué aferrarse".
domingo
Un cuarto para las dos
Te espero, a veces tardas en llegar
no entro aún
doy una vuelta más al rededor de tu centro
entro
siento el encierro de cuatro paredes
y me ahogo un poco con la saliva
hace calor
A veces tardas en llegar
pero a veces llego más temprano
una vuelta más
te espero
no entro aún
doy una vuelta más al rededor de tu centro
entro
siento el encierro de cuatro paredes
y me ahogo un poco con la saliva
hace calor
A veces tardas en llegar
pero a veces llego más temprano
una vuelta más
te espero
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Mío,
pameo
jueves
Cuerpos
Tu boca en mi boca
tus sabores en mi boca
tus labios en los míos
mi roce en tu piel
mis dedos en tus hombros
mi beso en tu piel
Tu pelo entre mis manos
mi aliento en tu espalda
en mi centro tu oleaje
tus sabores en mi boca
tus labios en los míos
mi roce en tu piel
mis dedos en tus hombros
mi beso en tu piel
Tu pelo entre mis manos
mi aliento en tu espalda
en mi centro tu oleaje
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martes
Toma lo que tengas
La vida no siempre es lo que esperas que sea. Convivimos con la dualidad entre el ser y el bien-ser. Si no lo hubiese dicho Freud, de todas maneras algún atormentado habría caído en cuenta de que en nosotros conviven varias instancias psicológicas que costantemente se jamaquean entre sí.
El sobradito Superyó quisiera ser visible permanentemente, ¡que todos se enteren de que soy (o quiero ser) la mejor, la que más ama, la que más sabe, la que más perdona y la más bienintencionada de todas! (sí, claro!, diría el Ello). El Ello, en cambio, más humilde y realmente enterado de la situación de las más altas y escondidas esferas de tu ser, a veces preferiría quedarse agazapadito y ser invisible hasta para ti mismo (eso ni lo digas, mijita, no vaya a ser que se cumpla y termines en la cárcel). Al final terminas conformándote con el resultado del Yo.
Así es la vida misma! el resultado de negociar entre el deber ser, lo que quisieras que fuera y lo que es en la realidad. Así son las relaciones: terminas negociando con esa mujer perfecta que debe ser, lo que quieres que sea ella para ti y lo que ella termina dándote.
El sobradito Superyó quisiera ser visible permanentemente, ¡que todos se enteren de que soy (o quiero ser) la mejor, la que más ama, la que más sabe, la que más perdona y la más bienintencionada de todas! (sí, claro!, diría el Ello). El Ello, en cambio, más humilde y realmente enterado de la situación de las más altas y escondidas esferas de tu ser, a veces preferiría quedarse agazapadito y ser invisible hasta para ti mismo (eso ni lo digas, mijita, no vaya a ser que se cumpla y termines en la cárcel). Al final terminas conformándote con el resultado del Yo.
Así es la vida misma! el resultado de negociar entre el deber ser, lo que quisieras que fuera y lo que es en la realidad. Así son las relaciones: terminas negociando con esa mujer perfecta que debe ser, lo que quieres que sea ella para ti y lo que ella termina dándote.
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