martes

Sálvate

Participamos constantemente en juegos sicológicos de una manera no consciente. Son una forma de evasión que evita la comunicación sincera y honesta donde se compartan emociones auténticas y no haya manipulación.

El juego de PERSEGUIDOR-SALVADOR-VÍCTIMA explica que a veces no podamos salir de un ciclo de dependencia en nuestras relaciones (laborales, familiares, de pareja) porque esa interacción está basada en un intercambio comunicacional con mensajes ocultos para manipular, que ninguno de los participantes logra identificar conscientemente, por lo que permanecemos en el círculo.

Comienza el juego:

Anita deja caer su vaso de leche, que se rompe y además mancha la alfombra. La mamá se molesta a tal punto que le regaña y pega de tal manera que empieza el caos: “Eres una inconsciente, torpe” (ya asumió su rol de perseguidora).

Anita llora desconsoladamente y gimotea (víctima), es cuando la madre siente culpa por el regaño y las nalgadas que le dio, entonces la abraza y la consuela (llegó la salvadora).

Y puede volverse aun más intrincado si siguen intercambiando roles:

Dice la madre: “Es que es mi alfombra preferida y me costó mucho mandarla a lavar, y ahora tengo que ponerme a limpiar y no tengo tiempo para eso porque debo ir a trabajar para las dos”. Ahora la madre asumió su rol de víctima, por lo que Anita debe ir en su rescate: la abraza, besa, la mira con ojitos de cordero degollado y le promete: “No volverá a pasar, mamita, te juro que tendré más cuidado para que estés feliz” (ahora Anita es la salvadora)…

Así aprendemos que una manera barata de dar y recibir cariño es manipulando desde el castigo, colocando al objetivo en situación de necesidad de amor, dárselo y de allí pasar a un puesto de autocompasión hasta que esa persona que nos ama va en nuestro rescate y nos da el amor que queremos; pero no es difícil, una vez desmenuzado, darnos cuenta de que es trampa, ¡es trampa!

8 comentarios:

Ángel dijo...

Cuántas veces me he dejado morder a drede por esa trampa... Hoy no sé cuál es mi rol... pero seguiré actuando.. o es que sólo pretendo?

Suave Mujer dijo...

Identifica y sana. Lo demás llega solo

Néstor Luis González dijo...

Quizá realmente sólo somos máquinas que respondemos a impulsos químicos ofrecidos por nuestro entorno.
Me gustó de cabo a rabo este post.

Sebastian Filipputti dijo...

El triangulo de la codependencia.
Es dificil cambiar, no lo pongo en duda.
Pero hay que estar dispuesto a sentir diferente, y eso es algo que te puede hacer sentir realmente mal en un principio.
Con el tiempo nos volvemos adictos a nuestras propias miserias, y vemos todo con el mismo prisma opaco de siempre.
Es por eso que cuando cambiamos de óptica, algunos pueden llegar a sentirse ciegos...
Conosco muchos que estan adictos a sentirse mal........
Un beso y un abrazo, nos vemos en mi blog

Suave Mujer dijo...

Néstor Luis, me niego, pataleo y grito, me niego a dar crédito a esa concepción positivista de nuestra naturaleza humana; somos más que eso. La autodeterminación no es juego, haz la prueba. Puedes ser quien y como quieras, y sé que estás en esas, moldeándote. Suerte.

Abusus, gracias de nuevo por tu visita. Pero sobre todo gracias por ser uno más de los que están prestos a ser mejor-gente. Vamos construyendo

Juan Luis Urribarrí dijo...

Buena pieza, acertada. A mi parecer todos somos víctimas que buscamos, encarecidamente, una oportunidad de ser salvadores. Todos estamos siempre en la búsqueda de ese pedacito de gloria, de ser admirdos por lo buenos que podemos ser, por lo acertivos, por lo oportunos... ¿es el ser un perfecto salvador la meta que todos deseamos? ¿o lo verdaderamente bueno es siempre ser la víctima, estar abajo?

Voto por la primera opción.

Saludos desde mi Cantina, mis puertas están abiertas

Anónimo dijo...

Te olvido, te recuerdo, te amo, te llamo, te escribo, te fastidio, te odio, te acoso, te cuestiono, te persigo, te invito, te dejo, te medito, te enojo, te repico, te suplico, te confundo, te agarro, te suelto, te leo y te amo otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez.

Yaneth.

Suave Mujer dijo...

Yaneth.... Te tengo...