martes

Es de verdad

Ni grave ni aguda ni esdrújula; su voz es suave. Si en algún sueño de esos de media tarde hubiese decidido imaginar su voz, estoy segura de que la habría decidido suave... suave y tibia... suave y dulce... suave y bienarticulada... y no habría errado.

Con ese nombre de relato de Pocaterra (que sólo el nombre) la verdad es que se descubre más bien como venida de otro tiempo, compleja y sencilla, intensa y delicada, dulce y tajante... como una muchacha de Bécquer.

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